Sin Objetivos, no hay Paraíso

Objetivos

La gestión es bastante sencilla, pero a veces, con tanta complejidad artificial a su alrededor hace que se nos olviden algunos  temas obvios. Uno es el de que si queremos llegar a algún sitio, primero tenemos que saber qué sitio es. Y si queremos que alguien vaya a algún lugar, le tendremos que decir dónde está, y la persona lo tendrá que entender, porque si no, ¿cómo esperamos que llegue?

Pues bien, en gestión de empresas ocurre lo mismo, si queremos alcanzar una serie de objetivos, primero tendremos que identificarlos y definirlos, y si necesitamos que más personas colaboren para alcanzar esas metas, tendremos que explicarlas bien y asegurarnos de que se han entendido. El motivo es muy sencillo,  si no sabemos dónde vamos difícilmente llegaremos.

Muchas veces damos los objetivos como por obvios y entendidos, pero luego nos llevamos sorpresas  al darnos cuenta de que los colaboradores no habían captado bien qué es lo que se les pedía. Por ello, es más seguro y eficaz dedicar tiempo a clarificar con nuestros colaboradores qué es lo que esperamos de ellos exactamente. Así evitamos problemas futuros y somos más justos. Además  simplificaremos mucho las cosas, ayudaremos a la eficacia de la organización y evitaremos malos entendidos y frustraciones innecesarias.

Los objetivos son la guía que marca el camino de lo que el colaborador tiene que conseguir, si éstos no están claros, o no se les han explicado bien, ¿cómo van a poder ser eficaces los profesionales? ¡Es imposible! Si queremos lograr objetivos, pasemos tiempo explicando a las personas qué es lo esperamos de ellos, vale mucho la pena en términos de eficacia.

En el próximo post, un poco más sobre objetivos.

¡Un fuerte abrazo a todos, y si queréis, en dos semanas nos vemos en el siguiente post!

Pablo Maella

 

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